lunes, 14 de diciembre de 2009

Educar para fabricar ciudadanos

Anoche, buscando algo soportable que ver en la tele, tarea complicada tal y como está el panorama televisivo, me encontré con "Redes". Mis neuronas no tenían muchas ganas de pensar después de un domingo de carretera, así que rechazan de plano la idea de atender a Punset. Pero, en ese segundo de indecisión, cambiar o no cambiar, mis neuronas recibieron el estimulo necesario...un tema de esos que nos gustan, "Educar para fabricar ciudadanos" o algo parecido.

Hablaba el reportaje de la importancia de revalorizar cuestiones olvidadas en las escuelas tayloristas, (lo de las escuelas tayloristas creo que no lo decían, me lo he sacado un poco de la manga), pero el simil viene bien. Una escuela en la que el niño no sólo aprenda de forma mecánica matemáticas, lengua, historia y ese largo etcétera de materias que a la larga olvidamos (quien diga lo contrario meinte). Se trataría entonces de compatibilizar todas esas materias con el desarrollo de la vertiente social. El niño tiene que aprender a gestionar sus emociones, para lo que tiene que ser capaz de identificarlas y hablar abiertamente sobre ellas.Entiendo que desde este planteamiento educativo el niño gana progresivamente en autonomía. A su vez, en este proceso, el maestro vendría a ser algo así como un guía que tiene la obligación y la "vocación" de observar, conocer y escuhar al niño para que éste entienda el aprendizaje como algo más que la ardua tarea de la obligatoridad de las clases y la memorización de contenidos.

No sé, el tema es intereante y complejo pero viene con años de retraso, a lo que hay que añadir que en este país en el que vivimos parece que lo de la educación es algo secundario. La cuestión es que si me pongo a pensar en mis años de primaria y secundaria, diría que no sabría resolver una derivada o que sigo sin entender los límites y otros muchos conceptos matemáticos que aprendí para pasar un examen. Habría otros muchos temás de los que podría decir que no recuerdo nada, por ejemplo química o física. Pero esto no sólo lo aplico a la primaria, en los años de facultad...puedo contar con los dedos de una mano los profesores y las asignaturas que furon capaces de captar mi interés. Otro día tocará hablar de los "eruditos" que pueblan las aulas.

Lo cierto es que sólo recuerdo a aquellos que de algún modo me enseñaron valores o conceptos que puedo aplicar a la vida diaría, temas que tiene que ver más con lo social, con la manera de vivir que con un sin fin de teorías. Hablo de aquel profesor de ética que me enseñó qué era la constancia sirviéndose de la formación de las estalactitas, la profesora que me tranquilizó ante un cambio de ciudad contándome su experiencia o los profesores que me enseñaron que es la vocación imprimiendo pasión cada vez que hablaban de una película como si les fuera la vida en ello. Con estos recuerdos sólo vengo a reforzar la idea principal del reportaje porque todos deberíamos haber tenido un rincón de la paz en la esquina contaria al rincón de castigo.

A esos profesores, gracias.

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